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José Cabrera: “La mayoría de las personas, pudiendo elegir, no se irían de su tierra”

Rosario Pérez · Fotos: Olmo Calvo/Clemence Alasseur

José Carlos Cabrera, campogibraltareño “de corazón” al frente de la comunicación de CEAR Andalucía, lamenta el “limbo” en el que se hallan miles de refugiados en la UE

“A la inmensa mayoría de las personas nos gusta vivir en nuestra tierra, cerca de nuestras raíces, nuestra gente, nuestra cultura… En la mayor parte de los casos, el que emigra y se ve obligado a pedir asilo lo hace porque no le queda otro remedio, porque no puede elegir”

Quien hace esta reflexión es José Carlos Cabrera, licenciado en Filología Árabe, experto en Mediación Intercultural y en RSC (Responsabilidad Social Corporativa) y, desde hace un año y medio, responsable de Comunicación e Incidencia en Andalucía de CEAR, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado.

Immigrants

“Gran parte de nuestro esfuerzo se centra en la asesoría jurídica y acompañamiento de las personas demandantes de asilo, pero también es importante la labor de instrucción que hacemos para que estas personas puedan integrarse, lo antes posible, en nuestra sociedad”, explica Cabrera, un “campogibraltareño de corazón” que cuenta en su haber con una larga experiencia en integración de jóvenes inmigrantes, buena parte de ella en Algeciras, y que compagina su actual labor profesional con la de investigador de la Universidad de Granada.

El pasado 20 de junio se celebró el Día Mundial de los Refugiados, y coincidiendo con dicha efeméride se publicó un informe que da que pensar: el nuestro planeta hay actualmente 70 millones de desplazados, el 51% de las llegadas a Europa por vía marítima se hace por las costas de Andalucía (fundamentalmente el Estrecho, Málaga y Almería), y en estas mismas costas, sólo en 2018, perdieron la vida 811 personas (cifra que supera las 2.300 personas si tenemos en cuenta las dimensiones de la tragedia en todo el Mediterráneo).

José Cabrera CEAR Andalusia

En cuanto a los que consiguen llegar, las cifras hablan por sí solas. Según resume José Carlos Cabrera, que también dirige el programa de radio “Red Refugio”, para la onda local de Andalucía, y es profesor de árabe marroquí para la Fundación Tres Culturas, en 2018 hubo en España más de 54.000 solicitudes de asilo, lo que supone un 74% más que el año anterior y consolida a nuestro país como el 4º de la Unión Europea en número de solicitantes, sólo por detrás de Alemania, Francia y Grecia.

“La falta de recursos materiales y humanos para hacer frente a esta situación ha provocado que las solicitudes se hayan ido acumulando, y actualmente tenemos en España a unas 100.000 personas en una especie de limbo, con esperas de hasta 2 años para ver resuelta su petición de asilo”, explica Cabrera, aclarando, además, que 3 de cada 4 solicitudes son rechazadas.

“El sistema de asilo en la UE es una lotería, porque dependiendo de a dónde llegues tienes más o menos posibilidades, y España, contrariamente a lo que mucha gente cree, está muy por debajo de la media en Europa”.

José Cabrera CEAR Andalusia

Otra idea errónea, aunque bastante extendida, es la de que la mayoría de los demandantes de asilo vienen de África: por nacionalidades, en España este doloroso ranking lo encabezan, por tercer año consecutivo, los venezolanos, seguidos de colombianos y sirios, y, en menor medida, los naturales de Guatemala, El Salvador y Honduras que huyen de las “maras”, bandas dedicadas a la extorsión que se han hecho fuertes en los últimos años y que provocan lo que en CEAR llaman una “guerra no encontrada”, porque ser perseguido por ellas aún no se considera argumento de asilo.

En cuanto a los que huyen de países africanos con conflictos bélicos, como República Centroafricana o Sudán del Sur, Cabrera advierte que no suelen pedir asilo por una cuestión de falta de información.

Asimismo, considera también preocupante la situación de los menores no acompañados, cuya llegada a España se ha triplicado en apenas un año. “En 2017 vinieron 2.000 niños y niñas en esa situación, y en 2018 han sido 6.000, y no podemos olvidar que se trata de un colectivo muy vulnerable y que necesita de una especial atención”.

Detrás de todas estas cifras lo que hay es mucho sufrimiento, historias muy duras de gente que lo ha tenido que dejar todo atrás porque no tenían alternativa, porque quedarse no era una opción…”, concluye el responsable de comunicación de CEAR en Andalucía, comunidad que cuenta actualmente con unas 2.000 plazas de refugio.

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